martes, 10 de enero de 2017

Día 8: Ribadeo - Mondoñedo / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 36 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media / alta

Día ocho, tenemos por delante una de las etapas más cortas, solo 36km por delante en lo que sería la primera etapa en tierras gallegas. Este hecho nos hace confiarnos y nos lo tomamos con más calma, nos levantamos más tarde de lo habitual, en el Hostal Linares donde nos hospedamos en Ribadeo (y que está muy bien por cierto), tenían una concurrida churrería, abarrotada tanto en el local como en la terraza exterior, así que decidimos desayunar unos churros…, total como la etapa de hoy es cortita….


En definitiva, que como suele ocurrir cuando uno se confía, la etapa fue mucho más dura de lo que nos esperábamos; salir tarde nos llevó a pedalear cuando más calor hacía y verdaderamente lo pasamos mal en algunos momentos.


Como digo el día fue bastante caluroso, comenzamos en Ribadeo hablando con un vecino precisamente de esto. Nos reconocía que el año estaba siendo muy caluroso y que apenas había llovido, lo que comprobamos nada más empezar, ya que las praderas verdes gallegas no estaban tan verdes, y los helechos de los bosques de eucaliptos estaban en muchas zonas marrones y secos, algo que nos llamó bastante la atención y confirmaba lo que nos habían dicho.


El cambio de paisaje era evidente, se notaba mucho en el tipo de bosque, que cambió totalmente o casi en la totalidad en bosques de eucaliptos, subida muy duras de hasta el 20% combinadas con partes casi llanas donde verdaderamente cundía andar, pero al poco…, oootra subida, y así toda la mañana. 


En la etapa nos encontramos con más peregrinos de lo habitual hasta ese momento, eso sí, andando, en bici seguíamos sin ver peregrinos, quizás porque no hay muchos por el Camino del Norte o porque seguían otro itinerario por carretera, en definitiva se notaba que estábamos a unos 160 Km de Santiago y que como nos enteramos después, muchos peregrinos comienzan su Camino en Ribadeo.

El mediodía rondaba cuando llegamos a Lorenzana, un bonito pueblo con un imponente monasterio, el de San Salvador de Lorenzá, donde hicimos una parada y nos encontramos con un matrimonio belga que estaba haciendo el Camino en bici, ¡qué ilusión! unos peregrinos en bici con los que estuvimos charlando un rato, habían empezado en Ribadeo y habían hecho el camino en más ocasiones, algo que no dejaba de sorprendernos que desde todos los rincones del mundo hubiese gente en el Camino.


Estábamos a solo 8 Km de Modoñedo, pero en una hondonada, por lo que para salir de Lorenzana nos esperaba una subida importante, que unida al reinante calor del día y especialmente por la hora que era, resulto más dura aún.

Llegamos por fin a Mondoñedo, y como siempre nos fuimos directos al alojamiento, ducha y colada, con la diferencia de que en esta ocasión disponíamos de lavadora, lo que permitió que ese día no lavásemos nosotros, y lo que era más importante, gracias al centrifugado y el calor de la tarde, toda la ropa, incluida la badana del culote, ¡¡¡se secase!!!


* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 8
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 8



Después de realizar nuestras tareas, bajamos al centro del pueblo donde se encuentra la Catedral, en la que entramos para sellar nuestra credencialy donde nos atendieron estupendamente, incluyendo un pequeño tour por la pequeña pero bonita Catedral de Modoñedo. Cenamos unas pizzas en la Plaza mayor y a dormir, que nos esperaba “una interesante ruta” al día siguiente.

martes, 29 de noviembre de 2016

Día 7: Luarca - Ribadeo / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media


Una semana de Camino, siete días de bici que van mejor de lo previsto. Amanece gris en Luarca como es habitual en Asturias, y comenzamos como casi todos los días con una estupenda subida para salir de este bonito pueblo que está en una hondonada junto al mar…, nada menos que 8Km de subidita para despejarnos y calentar piernas.


Un día estupendo para montar en bici, temperatura ideal, paisajes espectaculares, ya que estábamos ante una etapa dura por los constantes sube y baja (nada nuevo en el Camino del Norte). La de hoy es una preciosa ruta con bosque, veredas, carretera, camino, costa, acantilados y playas, en definitiva, una maravilla.


Además tuvimos la suerte al llegar a Navia, de encontrarnos una prueba del campeonato provincial de rally creo, que se desarrollaba por las calles de este pueblo costero. Estuvimos un rato grabando vídeo y mantuvimos una estupenda charla con un vecino de Navia que había hecho el Camino en varias ocasiones, la verdad es que esto “del Camino” une y mucho, porque daba la sensación de que nos conocíamos de tooooda la vida.








Continuamos la ruta cruzando el Río Navia, por el puente desde el que se divisaban unas preciosas vistas del pueblo. Sube que te sube durante unos 3 Km para después el perfil volverse “más amable”, menos duro, no sabemos si porque era así o porque los días acumulados y las dificultades superadas nos hacían ver con optimismo las cuestas arriba.


Después de 20k  llegamos a Tapia de Casariego, donde nos sorprendieron sus playas entre acantilados, sus casas al borde de estos y sus aguas cristalinas. Unas playas con bandera azul y un entorno verdaderamente cuidado, por lo que no tuvimos más remedio que parar un rato a admirar el paisaje que nos ofrecía.



El camino se volvió llano por momentos, y llegamos hasta Santa Gadea (ya estábamos cerca de la meta del día) un pueblecito donde estaban los acantilados de La Robaleira, donde hay una pequeña ermita, la de San Lorenzo, desde donde se tienen las mejores vistas de la Playa de Peñarronda, una playa monumento natural desde 2002 y sin duda, una de las más hermosas del litoral occidental asturiano. Desde la Ermita bajamos hasta la playa por la que pasamos con las bicis por unos caminos de madera elevados de la arena, una especie de tarimas que hace pensar que es una zona inundable en algunos momentos del año.


Por fin llegamos a la Ría del Eo o de Ribadeo como prefiráis, y ante nosotros un larguísimo puente que separa las dos orillas de esta, una orilla asturiana, la que dejábamos, y otra gallega que era nuestro destino. Cruzamos la ría por el angosto puente, en algunas ocasiones un tanto “inquietante” al ir en bici a cierta velocidad por un paso muy ajustado y a una altura considerable del agua… pero cruzamos ya estamos en Lugo, ya estamos en Galicia, ¡llegamos a Ribadeo!

 



* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 7
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 7

Completamos ya una semana encima de nuestras bicis, y lo hacemos llegando a Galicia, lo que sinceramente nos llenó de una alegría inmensa, y no pudimos más que darnos un abrazo al cruzar el puente sobre la ría, ya veíamos más cerca nuestro objetivo final.



Nos dirigimos al hotel y repetimos el ritual de todos los días, ducha, colada y a comer. Paseo por Ribadeo y su puerto deportivo, por sus calles y plazas… ¡y a la Feria!, porque estaban en fiestas, así que disfrutamos mucho del primer día de estancia en tierras gallegas.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Día 6: Cudillero - Luarca / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media


Seis días ya de Camino, amanece gris en Cudillero, nada raro por otra parte en Asturias, aunque como todo el que ha estado allí alguna vez, a medida que avanza la mañana se suele abrir y quedar un día estupendo y soleado (al menos en verano)…, y así fue.


Comenzamos el día con un  estupendo y copioso desayuno (incluido en el precio de habitación), zumo, café con leche, tostadas con tomate y aceite…, y aún así nos sobró un inmenso croissant y una pulga de jamón (esta última la guardamos cuidadosamente en la mochila…, así llevaríamos una estupenda “barrita energética”)…, un estupendo colofón a nuestra estancia en el Hotel Lupa, que realmente recomendamos.


La ruta prometía dureza, y aunque eran menos Km que otros días, el perfil de la misma hacía presagiar lo que así ocurrió, que no fue otra cosa que encontrarnos con un auténtico sube y baja constante, con un perfil que sin subir cumbres ni altos, se parecía a un electrocardiograma en el que las subidas son muy pronunciadas y las bajadas….., las bajadas una pasada, jajajaja.


Los paisajes y bosques asturianos son increíbles, y en esas subidas y bajadas lo pasamos en grande pedaleando por veredas estrechas y sinuosas, atravesando arroyos, e inevitablemente empujando la bici pendiente arriba.  En varias ocasiones la rueda delantera perdía tracción por la elevada pendiente y por el peso de las alforjas de la parte trasera de la bici.


Era impresionante salir del bosque y encontrarte con una aldea, o una playa…, la paz, el silencio y los olores del bosque nos cautivaban, silencio sólo roto por el sonido de nuestro pedaleo y algún comentario o indicación que nos dábamos…, pero silencio…, un maravilloso silencio y los ojos como platos ante tanta belleza en el paisaje, que ni con las fotos ni los vídeos, y mucho menos con estas palabras, seríamos capaces de explicar en plenitud.


Entre otras cosas encontramos una ermita al final de una subida en la que hicimos una parada para reponer fuerzas, líquidos y hacernos unas fotos, y aprovechamos para charlar un rato con un matrimonio suizo que estaba haciendo el Camino a pie.


Un  poco más adelante…, y como todo lo que sube baja, tras una importante bajada llegamos a un valle por el que discurría el Río Esva. Paramos en mitad del puente a observar las peripecias y tremendo esfuerzo que realizaban los salmones para nadar contra corriente río arriba para desovar. Es muy curioso, un verdadero espectáculo observar como lo hacen…, al menos a nosotros nos tuvo un rato embelesados mirando y comentando cada uno de los intentos. Justo al lado de ellos, en la orilla y como prueba del calor que ese día hacía, un grupo de vacas se refrescaba en las aguas del rio…, sin duda, unos “peces” muy especiales.

 

Vuelta a la bici y vuelta a subir, para encarar la última cumbre de la jornada tras la cual, enfilamos una larga recta para acabar con una rápida bajada hacia Luarca, donde después de callejear un ratillo, decidimos parar y disfrutar de algo muy típico de esta localidad asturiana, unas buenas fabes, que disfrutamos muchísimo.



* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 6
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 6

En resumen, una ruta que resultó dura, ya que entre el perfil y el cansancio acumulado, las piernas empezaban a notarlo, así que lo mejor que podíamos hacer era ir a la Playa de Salinas a disfrutar de las gélidas aguas cantábricas, lo que estaréis con nosotros…, para las piernas después del esfuerzo es “mano de santo”. Después, como siempre, terminamos haciendo turismo por el pueblo de destino, en este caso Luarca, la que recomendamos totalmente.


Ya habían pasado 3 días más, así que tocaba tarde y velada con nuestras familias, unas horas en las que compartimos nuestras jornadas, anécdotas vivencias, besos y abrazos…, y a descansar que al día siguiente tocaba la etapa 7 hacia tierras gallegas, ya que iríamos a Ribadeo, primera parada en tierras gallegas, cada vez más cerca de nuestro objetivo final.

martes, 25 de octubre de 2016

Día 5: Gijón – Cudillero / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 57 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Vídeo de la Etapa 5: Gijón - Cudillero

Quinto día de Camino, empezamos temprano buscando la manera de conseguir la bebida isotónica en polvo que casi terminamos la etapa anterior (Aptonia) por Gijón, la encontramos, aunque tuvimos que hacer unos 6 Km extra entre ida y vuelta a la ruta.

El día estaba gris, y nosotros con las piernas muy cargadas y cansados de la etapa del día anterior, por lo que los primeros km hasta calentar bien fueron algo durillos. Salimos del hostal con la intención de desayunar tras encontrar la bebida, pero fuimos dejando pasar kilómetros y acabamos en plena ruta sin desayunar…, ya pararíamos cuando viéramos algún sitio.

La salida de Gijón fue bastante caótica, mucho tráfico, especialmente camiones debido a proximidad de las acerías y fábricas de Arcelor Mital, que unido al rodeo que tuvimos que dar sin estar previsto, hizo que anduviésemos algo desorientados al comienzo de la ruta prevista.

Afortunadamente nos cruzamos con un grupo de tres ciclistas, ¡si ciclistas! Hacía días que no nos cruzábamos ninguno. Nos echaron una mano y nos recomendaron seguirles saliéndonos de la ruta prevista, ya que como nos advirtieron transcurría por carretera estrecha y de subida con muchísimo tráfico, sobre todo camiones. Les seguimos y nos desviaron de la carretera prevista CE-5 unos 500m aproximadamente para coger la CE-6, una carretera comarcal perfecta, que transcurría por un valle muy bonito y verde, y lo mejor de todo es que apenas tenia tráfico. Ellos iban con bicis de carretera y más ligeros, así que después de hacer unos km juntos charlando sobre el Camino (lo habían hecho varias veces), dejamos que siguiesen con su ritmo.

La zona era bastante llana comparada con el día anterior, lo que se agradecía inmensamente (habíamos acertado acompañando a los amigos ciclistas), además una lluvia fina refrescaba el ambiente y el paisaje era bastante agradable. Después de unos 25km paramos a desayunar en un bar lleno de camioneros, que nos miraban con cara extrañada, dos tíos raros en bici por aquí…, Tras tomar un cafetito caliente y charlar con una peregrinas que acababan de llegar a la cafetería, me di cuenta que había roto el soporte de la cámara…, así que no pude grabar más ese día.


Retomado el Camino pasamos varios Km por la carretera hacia Avilés en los que el paisaje industrial, aun siendo curioso, no dejaba de ser feo comparado con los espectaculares acantilados, bosques, praderas y playas de los días anteriores. Avilés la verdad es que nos sorprendió, no paramos mucho tiempo allí, pero la imagen que daba según te acercabas por la carretera de pueblo industrial, con edificaciones altas, no nos hacía pensar que la zona centro fuese tan bonita, o al menos así nos lo pareció cuando nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial.



Volvimos a la ruta que nos llevó hasta la playa de las Salinas, lastima que el día no acompañase, porque es una playa inmensa y bonita, aunque rodeada de unos edificios enormes más propios de la costa levantina que de la costa que estábamos acostumbrados a ver en Asturias, algunos de ellos incluso parecían abandonados.



Un poco más adelante nos sorprendió una cuesta inmensa rondando el 20% en una calle que nos dejó sin aliento, tras ella, y después de una bajada importante, se puso al lado nuestro un señor mayor en bici de carretera que se interesó por el Camino que estábamos haciendo, desde donde salimos, etc., y cuando le dijimos la ruta que teníamos prevista nos la desaconsejó totalmente, nos indicó una ruta alternativa, que si bien iba por carretera la mayor parte del tiempo, nos libraría de varios obstáculos difíciles para quienes vamos en bici, además, se ofreció a rodar con nosotros un rato hasta dejarnos encaminados, lo hizo durante 3 o 4 Km.



La ruta iba por carretera, no con demasiado tráfico al discurrir la autovía cerca como nos indicaron, y como las piernas pesaban y estábamos realmente cansados ese día, decidimos seguir la carretera durante el último tramo de ruta, que aunque tuvo subidas largas, no superaban el 8 o 9%, lo que teniendo en cuenta las rampas del día anterior era casi llanear. 



Llegamos al Hotel Lupa, un complejo junto a la carretera altamente recomendable, tiene restaurante, dos hoteles de diferente categoría, salones, la verdad es que estaba muy bien, las habitaciones muy limpias y nuevas. Cudillero estaba a escasos 1000/1500m cuesta abajo…, lo único malo es que la vuelta como imagináis…, era cuesta arriba, pero mereció la pena bajar al pueblo a hacer turismo y tomarnos unas sidras comentando la jornada.



* Aquí tenéis el track de la rutadel Día 5
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 5

En resumen, una ruta muy dura pero no por el perfil, sino por el cansancio acumulado especialmente el del día anterior hasta Gijón. Quizás la ruta menos bonita en lo que a paisajes se refiere, pero una de las más bonitas en lo que a compañerismo y ayuda entre ciclistas.


Como los días anteriores, terminamos cansados. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Cudillero, en un pueblo muy bonito y una sidra muy fresquita en compañía de “los Chupis”