martes, 25 de octubre de 2016

Día 5: Gijón – Cudillero / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 57 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Vídeo de la Etapa 5: Gijón - Cudillero

Quinto día de Camino, empezamos temprano buscando la manera de conseguir la bebida isotónica en polvo que casi terminamos la etapa anterior (Aptonia) por Gijón, la encontramos, aunque tuvimos que hacer unos 6 Km extra entre ida y vuelta a la ruta.

El día estaba gris, y nosotros con las piernas muy cargadas y cansados de la etapa del día anterior, por lo que los primeros km hasta calentar bien fueron algo durillos. Salimos del hostal con la intención de desayunar tras encontrar la bebida, pero fuimos dejando pasar kilómetros y acabamos en plena ruta sin desayunar…, ya pararíamos cuando viéramos algún sitio.

La salida de Gijón fue bastante caótica, mucho tráfico, especialmente camiones debido a proximidad de las acerías y fábricas de Arcelor Mital, que unido al rodeo que tuvimos que dar sin estar previsto, hizo que anduviésemos algo desorientados al comienzo de la ruta prevista.

Afortunadamente nos cruzamos con un grupo de tres ciclistas, ¡si ciclistas! Hacía días que no nos cruzábamos ninguno. Nos echaron una mano y nos recomendaron seguirles saliéndonos de la ruta prevista, ya que como nos advirtieron transcurría por carretera estrecha y de subida con muchísimo tráfico, sobre todo camiones. Les seguimos y nos desviaron de la carretera prevista CE-5 unos 500m aproximadamente para coger la CE-6, una carretera comarcal perfecta, que transcurría por un valle muy bonito y verde, y lo mejor de todo es que apenas tenia tráfico. Ellos iban con bicis de carretera y más ligeros, así que después de hacer unos km juntos charlando sobre el Camino (lo habían hecho varias veces), dejamos que siguiesen con su ritmo.

La zona era bastante llana comparada con el día anterior, lo que se agradecía inmensamente (habíamos acertado acompañando a los amigos ciclistas), además una lluvia fina refrescaba el ambiente y el paisaje era bastante agradable. Después de unos 25km paramos a desayunar en un bar lleno de camioneros, que nos miraban con cara extrañada, dos tíos raros en bici por aquí…, Tras tomar un cafetito caliente y charlar con una peregrinas que acababan de llegar a la cafetería, me di cuenta que había roto el soporte de la cámara…, así que no pude grabar más ese día.


Retomado el Camino pasamos varios Km por la carretera hacia Avilés en los que el paisaje industrial, aun siendo curioso, no dejaba de ser feo comparado con los espectaculares acantilados, bosques, praderas y playas de los días anteriores. Avilés la verdad es que nos sorprendió, no paramos mucho tiempo allí, pero la imagen que daba según te acercabas por la carretera de pueblo industrial, con edificaciones altas, no nos hacía pensar que la zona centro fuese tan bonita, o al menos así nos lo pareció cuando nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial.



Volvimos a la ruta que nos llevó hasta la playa de las Salinas, lastima que el día no acompañase, porque es una playa inmensa y bonita, aunque rodeada de unos edificios enormes más propios de la costa levantina que de la costa que estábamos acostumbrados a ver en Asturias, algunos de ellos incluso parecían abandonados.



Un poco más adelante nos sorprendió una cuesta inmensa rondando el 20% en una calle que nos dejó sin aliento, tras ella, y después de una bajada importante, se puso al lado nuestro un señor mayor en bici de carretera que se interesó por el Camino que estábamos haciendo, desde donde salimos, etc., y cuando le dijimos la ruta que teníamos prevista nos la desaconsejó totalmente, nos indicó una ruta alternativa, que si bien iba por carretera la mayor parte del tiempo, nos libraría de varios obstáculos difíciles para quienes vamos en bici, además, se ofreció a rodar con nosotros un rato hasta dejarnos encaminados, lo hizo durante 3 o 4 Km.



La ruta iba por carretera, no con demasiado tráfico al discurrir la autovía cerca como nos indicaron, y como las piernas pesaban y estábamos realmente cansados ese día, decidimos seguir la carretera durante el último tramo de ruta, que aunque tuvo subidas largas, no superaban el 8 o 9%, lo que teniendo en cuenta las rampas del día anterior era casi llanear. 



Llegamos al Hotel Lupa, un complejo junto a la carretera altamente recomendable, tiene restaurante, dos hoteles de diferente categoría, salones, la verdad es que estaba muy bien, las habitaciones muy limpias y nuevas. Cudillero estaba a escasos 1000/1500m cuesta abajo…, lo único malo es que la vuelta como imagináis…, era cuesta arriba, pero mereció la pena bajar al pueblo a hacer turismo y tomarnos unas sidras comentando la jornada.



* Aquí tenéis el track de la rutadel Día 5
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 5

En resumen, una ruta muy dura pero no por el perfil, sino por el cansancio acumulado especialmente el del día anterior hasta Gijón. Quizás la ruta menos bonita en lo que a paisajes se refiere, pero una de las más bonitas en lo que a compañerismo y ayuda entre ciclistas.


Como los días anteriores, terminamos cansados. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Cudillero, en un pueblo muy bonito y una sidra muy fresquita en compañía de “los Chupis”



jueves, 20 de octubre de 2016

Día 4: La Isla - Gijón / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media/Alta


El cuarto día de Camino pedaleamos hasta Gijón, prometía ser una etapa dura mirando el perfil de la ruta, pero lo afrontábamos con optimismo. Salimos pronto de La Isla, el día estaba nublado pero con una temperatura agradable, incluyendo al comienzo un ratillo de sirimiri que incluso se agradecía.


El camino transcurría cerca de la autovía, por carreterines y veredas, hasta que llegamos a Colunga conocida villa asturiana de la que el día anterior partió una etapa de la Vuelta Ciclista a España 2016, concretamente desde el Museo del Jurásico de Asturias.


Al salir de Colunga tuvimos el primer obstáculo, una subida que calentó las piernas en condiciones, solo era un pequeño aperitivo  de lo que venia más adelante, un pequeño alto hasta una aldea llamada Llera, las vistas preciosas y el lugar idílico. Al poco de pasar por la aldea llegamos al punto más alto y comenzamos el descenso en dirección Villaviciosa.


Llegando a Villaviciosa divisamos a lo lejos la fachada de la famosísima SidraEl Gaitero”, ¡quien no la conoce o ha brindado con ella en alguna ocasión! No pudimos evitar la tentación de dirigirnos hacia ella, y preguntando amablemente al guarda de la puerta si podíamos pasar a hacer unas fotos, este nos permitió pasar. No es la única fábrica de sidra que hay allí, no en vano se Conoce a Villaviciosa como “la capital de la manzana” y mirando por internet encuentras fábricas como El Mayador, El Escanciador, así como lagares tradicionales como Cortina, El Gobernador, Buznego, Vigón, Gelo, Frutos o Castañón


Continuamos hasta el pueblo y nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial. Villaviciosa es un bonito e histórico pueblo que cuenta con un bonito casco histórico,  donde hicimos una parada para beber y reponer fuerzas.


Al retomar la ruta encaramos una zona de llaneo entre praderas y típico paisaje asturiano de unos 6km aproximadamente, hasta que pasamos por debajo de la Autovía, momento en el que comenzamos la subida Alto de la Cruz, un puerto que nos examinó y puso a prueba ese día.


Comenzaba a hacer calor, y las rampas comenzaban a ponerse interesantes, y era una continua subida, recta, curva, recta, curva…, fueron momento en los que hablábamos poco más allá de avisarnos uno al otro si venia algún coche, necesitábamos todas las fuerzas para dar pedales, y en ese silencio ambos íbamos haciendo la lista de cosas que NO deberíamos haber llevado en las alforjas, jajaja. En la subida que según la ruta tenía rampas de más del 20% y una media del 14% aprox. nos quedamos sin agua, y casi en la cima había una casita en la que paramos y una señora mayor muy amablemente nos ofreció todo el agua que quisimos. Charlamos un rato con ella y nos confesó que pasaba mucha gente haciendo el camino por allí, pocos con bici eso sí. Hicimos unas fotos y continuamos la subida.


Afortunadamente tras la subida siempre viene una bajada, que la verdad se agradeció mucho y fue bastante rápida, tardamos muuuucho más en subir el alto que en bajarlo, jajaja, aunque eso suele ser normal.

 

Una vez superado este escollo estábamos muy contentos, pasamos por una pequeña fábrica de barriles en la que vimos una señal que nos marcaba 16Km a Gijón…, pero a la vez nos recordaba que aún nos quedaba otra buena subidita, el Alto del Infanzón que se encontraba a mitad de camino.


Una vez superamos éste, se divisaba Gijón y el mar, lo que nos alegró y motivo muchísimo después de la jornada más dura realizada hasta el momento.


La llegada a Gijón fue una sensación mezcla de alegría y alivio, hoy llegábamos muy tocados. En el camino hasta la playa de San Lorenzo pasamos delante de la Universidad Laboral de Gijón, un majestuoso complejo que llama sin duda la atención, por el Estadio del Molinón donde juega el Sporting. Al llegar a la playa con una sonrisa de oreja a oreja nos dimos un abrazo y decidimos que nos habíamos ganado una comida como Dios manda.


Tras la comida nos dirigimos a la Hostal Campoamor donde nos hospedaríamos, nos recibió su dueña, una señora muy amable y parlanchina que hasta nos invitó a una copa de sidra fresquita. Nos duchamos, hicimos la colada y nos fuimos a disfrutar del turismo por Gijón, aunque estábamos muy cansados. Más que en hacer turismo pensábamos en como haríamos al día siguiente para acercarnos a comprar “la Antonia” como la llamamos, jajaja, o mejor dicho Aptonia, una bebida isotónica en polvo que casi habíamos agotado ese día.

* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 4
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 4

En resumen, una ruta muy dura pero al fin y al cabo estupenda de 50km, etapa en la que los altos nos exigieron un esfuerzo que hasta el momento no habíamos experimentado. Sin embargo, los paisajes, la gente, la satisfacción de haber superado una de las etapas que “más miedo” nos daba cuando planificamos el camino paliaban con creces las agujetas y dolores.


Como los días anteriores, terminamos cansados, muy cansados en esta ocasión. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago, hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Gijón, y de unas cervecitas frente a la playa viendo la puesta de sol. 

lunes, 17 de octubre de 2016

Día 3: Llanes – La Isla / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 48 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Tercer día de Camino y salimos de Llanes dejando la Pensión Iberia (correcta, lo mejor es que está en el centro) temprano, y proseguimos con nuestra aventura con muchas gana de llegar a La Isla. Pedaleando llegamos hasta Póo donde paramos y tomamos un buen desayuno, zumo tostadas con aceite y café.


Una vez recobrado el Camino, al llegar a Celorio este desemboca en la Playa Palombina y a través de ella vuelves a coger Camino en la Playa de las Cámaras, separadas por un islote, aunque pueden considerarse como la misma playa…, no deja de llamar la atención que tengas que atravesar estas playas siguiendo el camino, y si lo haces en un amanecer soleado como lo hicimos nosotros es todo un espectáculo.


A continuación pasamos cerca de la conocida Playa de Barro y tras ella una bella postal, ya que en la ensenada de Niembro se divisa al fondo la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores (Barro) y tras ella el pueblo de Niembru que conforman una postal que sorprende al viajero por su belleza.


Continuamos Camino y llegamos a la desembocadura del Río de las Cabras o Bedón, que lo hace en la playa de San Antolín, otra maravillosa y conocida playa asturiana. En ese momento Valentín me advirtió que iríamos a “la playa sin mar”, la Playa de Gulpiyuri.


Se trata de una pequeña playa de mar pero situada tierra adentro, rodeada de prados tras un acantilado. Aunque “no tiene mar” y a pesar de no llegar a los 50 metros de longitud es de una belleza increíble, el agua del mar entra hasta ella a través de un túnel que hay entre las rocas. Ha sido declarada Monumento Natural y aún es posible en fechas que no sean de temporada alta poder disfrutar de esta pequeña y diferente playa. Ese día la marea estaba baja, así que nos desviamos del camino pero no pudimos ver esta singular “playa” con agua, aun así eran decenas las personas que accedían a ella a pie.



En una pequeña aldea, tras una subida y al salir de una curva nos sorprendió un pintor muy especial. Este señor, medico jubilado de Gijón, había vuelto al pueblo y tras la jubilación se había aficionado a la pintura. El pasado año decoró unos contenedores de recogida de basura porque según él “estaban hechos una pena” y este verano había decidido pintar las piedras del muro que delimitaban su parcela con motivos del Camino para disfrute de todos los peregrinos.


Tras un rato de animada charla con este señor, proseguimos el Camino dirección a la archiconocida Ribadesella, pueblo asturiano turístico donde los haya, desembocadura del famoso Río Sella y donde encontrarás las Cuevas de Tito Bustillo, uno de los conjuntos rupestres de arte paleolítico más importantes de España. Poco antes de llegar a Ribadesella nos cruzamos con la caravana publicitaria de la Vuelta Ciclista a España que ese día iba de Colunga a Santander. Una vez allí, cruzamos el largo y típico puente sobre el Sella, paramos en el puerto deportivo a sellar nuestra credencial, nos acercamos a la playa para tomar unas fotos y continuamos Camino.


Proseguimos la ruta hacia la costa, de fondo sonaban los helicópteros que acompañan a la Vuelta Ciclista…, en varios momentos pasaron relativamente cerca de nosotros, “¡¡Saluda Álvaro que salimos en la tele!!”, decía Valentín, y con esa coña llegamos hasta un pueblecito precioso, Vega, justo antes de llegar a la Playa con el mismo nombre, La playa de Vega, un enorme rincón agreste para deleite de los amantes de la naturaleza y de las playas casi vírgenes, ya que según dicen (y así lo comprobamos) por más afluencia que haya en época estival resulta difícil llenarla.


En este pueblo paramos en la única tienda que hay (o que encontramos) a comprar agua y preguntar cuál era el mejor camino hasta La Isla. Como no podía ser de otra manera el camino pasaba por la playa, y después subía paralelo al acantilado por una vereda estrecha bordeada de zarzas y helechos ¡una pasada!, ya que las vistas de la playa, los acantilados desde la montaña eran chulísimas.



De ahí pasamos a pedalear por inmensas praderas verdes en las que solo destacaba la vereda de tierra por la que íbamos. Tuvimos que saltar varios cercados que los peregrinos a pie podían pasar sin problemas, pero las puertas que en la zona hacen para evitar que el ganado se salga de los cercados obligan a los que vamos en bici, a cogerlas a pulso (alforjas incluidas) y pasarlas por encima de los cercados.



Después de estos cercados, la pradera y vereda nos llevaron a divisar ya La Isla, primero la Playa de El Barrigón y después la playa de La Isla donde terminamos la Ruta.


* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 3
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 3

En resumen, una ruta estupenda de casi 50km, etapa en la que la costa asturiana nos sorprendió con su belleza. Sus playas, acantilados, praderas y montaña, sus pueblos y aldeas, nos hicieron pasar una jornada estupenda.



Como los días anteriores, terminamos cansados, pero ya eran tres las etapas realizadas. La emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutáramos de unas horas de turismo en La Isla junto a la familia, muchas cosas que contarnos de nuestras vivencias y experiencias de estos tres días. 

jueves, 13 de octubre de 2016

Día 2: Comillas - Llanes / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 53 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Segundo día de Camino comenzamos con “agujetas” pero con muchísimas ganas después del primer día. Despertamos en Comillas en el Pasaje San Jorge donde nos prepararon un estupendo y completo desayuno.


El día, al contrario que el día anterior, amaneció soleado y con una temperatura excelente. Nada más empezar comprobamos los efectos del día anterior, y los primeros kilómetros las piernas andaban algo pesadas, que en cuanto calentaron funcionaron a tope.


Lo primero que nos encontramos fue un paisaje espectacular, el que ofrece al visitante el Parque Natural de Oyambre. Este parque se encuentra situado entre Comillas y San Vicente de la Barquera. El espacio protegido comprende los estuarios de la ría de San Vicente, la ría de  la Rabia y entorno, ofreciendo el paisaje acantilados, playas, dunas, rías y marismas arenosas de gran belleza.


Después llegamos a San Vicente de la Barquera, un precioso y conocido pueblo cántabro que tiene una preciosa ría que ofrece una imagen idílica del pueblo al entrar desde Comillas, y tras una importante y empinada subida, llegamos al Ayuntamiento, enclavado en el casco histórico o monumental de esta villa costera que realmente nos sorprendió, muy bonito.


Seguimos hasta Unquera, donde el Rio Deva hace de frontera natural entre Cantabria y Asturias, un pueblo que es conocido como la puerta a los Picos de Europa y por sus famosas “Corbatas de Unquera”, motivo por el cual paramos y degustamos este riquísimo dulce típico.



De allí fuimos a Colombres, donde nos esperaban la hermana y cuñado de Valentín y el encargado de la Oficina de Turismo, Sergio, un tío 10 con el que posamos en una divertida foto con típicos sombreros indianos, y que además nos hizo un pormenorizado croquis con una estupenda explicación del tramo de ruta que nos quedaba (unos 22Km) hasta llegar a Llanes.



En este pueblo es precioso, la plaza, el Ayuntamiento, y varios de los edificios más representativos de la denominada arquitectura indiana asturiana, como la Quinta Guadalupe, hoy sede del Archivo de Indianos. Merece la pena visitarlo sin lugar a dudas.

Siguiendo desde ese momento las indicaciones de Sergio, visitamos una de las playas  que más nos impresionó por su belleza, una playa entre acantilados con unas aguas cristalinas. La playa de Vidiago es una parada obligada, pero además, en este lugar hay un camping que tiene un mirador desde el que se divisan los acantilados y la belleza de esta playa, un lugar donde sentarse, tomar algo y disfrutar del paisaje.



Desde aquí, fuimos por toda la costa, por la GR E-9, una senda costera en la que pasamos por los Bufones de Arenillas, que en los días de temporal y fuerte marejada se puede ver el agua del mar saliendo con fuerza a través de las rocas formando un surtidor de varios metros de alto. Sin duda es un espectáculo natural difícilmente comparable con otros. El agua pasa a través de la roca gracias a las perforaciones creadas por la acción kárstica. El sonido que produce el agua al salir recuerda a un silbido o bufido, de ahí su denominación. Nosotros debido a la calma del mar y la marea baja no pudimos verlo, pero youtube está plagado de videos de estos y debe ser todo un espectáculo ver y oír salir el mar por estos bufones.


Siguiendo por la GR E-9 bordeando la costa cruzamos el Rio Purón, donde hay una ruta para hacer a pie o bicicleta bastante recomendable.



Llegamos a Llanes por la Playa de Toró, una bonita playa donde paramos a comer dando por finalizada la Ruta y el segundo día de Camino. Posteriormente nos dirigimos a la Pensión Iberia que está en la zona centro de Llanes, colada, turismo y sidrinas.


* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 2
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 2

En resumen, una ruta muy entretenida de 52km, etapa en la que entramos en Asturias y el paisaje ha cambiado, y la ruta por la GR E9 bordeando la costa una maravilla. 


Terminamos cansados y pasando por taller por problemillas con el cambio rápidamente solucionados y como en el resto de días, la emoción de descubrir lugares y paisajes nuevos, de terminar una etapa más que nos acercara al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutáramos de unas horas de turismo en un pueblo tan bonito como Llanes. 


lunes, 10 de octubre de 2016

Día 1: Santander – Comillas / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 70 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Primer día de Camino de Santiago y comenzamos con 70 km y la incertidumbre de que nos deparará el terreno, ¿será muy duro?, por este motivo la primera ruta es la más larga, estamos frescos, motivados y con muchas ganas de empezar.


La mañana comenzó pronto, tanto que tuvimos que comenzar despertando a la dueña del Hostal del Carmen para poder coger nuestras bicis, algo que parece que no gustó mucho…, y es que eso de madrugar joroba y mucho…, pero es lo que hay, jejejeje.

Miramos por la ventana y lluvia ligeramente sobre Santander, así bajamos con nuestras bicis en el ascensor ataviados con nuestro impermeable, colocamos nuestras alforjas en las bicis y a desayunar en una cafetería cercana, donde sellamos por primera vez nuestra “credencial” ¡que ilusión!


Salimos de Santander muy contentos bajo la lluvia fina que añadía un punto más de emoción a la jornada. Muy pronto, los paisajes verdes, el cielo gris azulado nos comenzaba a cautivar, y comentábamos lo espectacular de estos paisajes Cántabros y las obvias diferencias con nuestra tierra Castilla La Mancha. La lluvia, que cada vez era más intensa nos hizo detenernos y resguardarnos unos minutos, ¡estábamos chorreando!, cuando la intensidad bajo continuamos la marcha.


Desde ese momento alternábamos lluvia y claros en los que incluso salía el sol, estábamos emocionados con nuestro camino, cuando de repente, al cruzar un paso elevado sobre la vía del FEVE…, ¡rompí la cadena!..., ¡no daba crédito!, semanas antes en la preparación del Camino me recomendaban llevar algún eslabón rápido por lo que pudiese pasar, “no he roto la cadena en mi vida..., tendría narices romperla en el Camino” contestaba yo…., ¡pues toma, por hablar!, jajaja, el primer día, una combinación de rampa pronunciada y una mala relación de cambios hizo que la rompiese…. Afortunadamente hice caso a quienes me recomendaron llevar eslabones rápidos (¡que invento!) y pudimos solucionar el problema como verdaderos expertos aunque era la primera vez que lo hacíamos (los tutoriales de YouTube empollados semanas antes sirvieron para algo, jejejeje), así que ya teníamos la primera anécdota o batallita que contar del Camino.

 

Llegamos a Santillana del Mar, pueblo cántabro bonito donde los haya, una Villa con mucho encanto que alberga las cuevas más famosas de España “las cuevas de Altamira”, parada y fonda, alguna foto y a continuar el camino bajo la lluvia de nuevo.


A medida que nos acercábamos a Comillas, es decir, a la costa, el cielo se iba abriendo, el paisaje se iba tornando cada vez más espectacular si cabía, ya que comenzamos a ver acantilados y playas impresionantes, el Camino nos llevaba paralelos a la línea de costa, subiditas duras aunque cortas (no imaginas lo que cambian las subidas llevando alforjas de unos 10Kg detrás…) pero merecía la pena, ya que una vez arriba las vistas compensaban.


Eran cerca de las 16h cuando estábamos entrando en Comillas, todo un alivio y mucha satisfacción por haber completado la primera etapa del Camino. Nos dirigimos a la Pensión Pasaje San Jorge, donde nos dimos una ducha que nos supo a gloria e hicimos nuestra primera colada, colocando nuestro primer “secadero de jamones”, como llamábamos a la ropa colgada cerca de la ventana para intentar que se secase para el día siguiente, ya que aunque es ropa deportiva, la humedad de la zona dificultaba el secado, especialmente la badana del culotte…


* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 1
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 1

En resumen, una ruta durilla, por el terreno que es un continuo sube y baja, por los 70km, pero en esta ocasión especialmente por la lluvia, que añadió un plus de dificultad e incomodidad a la jornada. 


Si embargo, como en el resto de días, la emoción de descubrir lugares y paisajes nuevos, de terminar una ruta más que nos acerca al objetivo de llegar a Santiago hace que nos olvidemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutemos de unas horas de turismo en un pueblo tan bonito como es Comillas.