martes, 29 de noviembre de 2016

Día 7: Luarca - Ribadeo / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media


Una semana de Camino, siete días de bici que van mejor de lo previsto. Amanece gris en Luarca como es habitual en Asturias, y comenzamos como casi todos los días con una estupenda subida para salir de este bonito pueblo que está en una hondonada junto al mar…, nada menos que 8Km de subidita para despejarnos y calentar piernas.


Un día estupendo para montar en bici, temperatura ideal, paisajes espectaculares, ya que estábamos ante una etapa dura por los constantes sube y baja (nada nuevo en el Camino del Norte). La de hoy es una preciosa ruta con bosque, veredas, carretera, camino, costa, acantilados y playas, en definitiva, una maravilla.


Además tuvimos la suerte al llegar a Navia, de encontrarnos una prueba del campeonato provincial de rally creo, que se desarrollaba por las calles de este pueblo costero. Estuvimos un rato grabando vídeo y mantuvimos una estupenda charla con un vecino de Navia que había hecho el Camino en varias ocasiones, la verdad es que esto “del Camino” une y mucho, porque daba la sensación de que nos conocíamos de tooooda la vida.








Continuamos la ruta cruzando el Río Navia, por el puente desde el que se divisaban unas preciosas vistas del pueblo. Sube que te sube durante unos 3 Km para después el perfil volverse “más amable”, menos duro, no sabemos si porque era así o porque los días acumulados y las dificultades superadas nos hacían ver con optimismo las cuestas arriba.


Después de 20k  llegamos a Tapia de Casariego, donde nos sorprendieron sus playas entre acantilados, sus casas al borde de estos y sus aguas cristalinas. Unas playas con bandera azul y un entorno verdaderamente cuidado, por lo que no tuvimos más remedio que parar un rato a admirar el paisaje que nos ofrecía.



El camino se volvió llano por momentos, y llegamos hasta Santa Gadea (ya estábamos cerca de la meta del día) un pueblecito donde estaban los acantilados de La Robaleira, donde hay una pequeña ermita, la de San Lorenzo, desde donde se tienen las mejores vistas de la Playa de Peñarronda, una playa monumento natural desde 2002 y sin duda, una de las más hermosas del litoral occidental asturiano. Desde la Ermita bajamos hasta la playa por la que pasamos con las bicis por unos caminos de madera elevados de la arena, una especie de tarimas que hace pensar que es una zona inundable en algunos momentos del año.


Por fin llegamos a la Ría del Eo o de Ribadeo como prefiráis, y ante nosotros un larguísimo puente que separa las dos orillas de esta, una orilla asturiana, la que dejábamos, y otra gallega que era nuestro destino. Cruzamos la ría por el angosto puente, en algunas ocasiones un tanto “inquietante” al ir en bici a cierta velocidad por un paso muy ajustado y a una altura considerable del agua… pero cruzamos ya estamos en Lugo, ya estamos en Galicia, ¡llegamos a Ribadeo!

 



* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 7
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 7

Completamos ya una semana encima de nuestras bicis, y lo hacemos llegando a Galicia, lo que sinceramente nos llenó de una alegría inmensa, y no pudimos más que darnos un abrazo al cruzar el puente sobre la ría, ya veíamos más cerca nuestro objetivo final.



Nos dirigimos al hotel y repetimos el ritual de todos los días, ducha, colada y a comer. Paseo por Ribadeo y su puerto deportivo, por sus calles y plazas… ¡y a la Feria!, porque estaban en fiestas, así que disfrutamos mucho del primer día de estancia en tierras gallegas.

jueves, 3 de noviembre de 2016

Día 6: Cudillero - Luarca / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media


Seis días ya de Camino, amanece gris en Cudillero, nada raro por otra parte en Asturias, aunque como todo el que ha estado allí alguna vez, a medida que avanza la mañana se suele abrir y quedar un día estupendo y soleado (al menos en verano)…, y así fue.


Comenzamos el día con un  estupendo y copioso desayuno (incluido en el precio de habitación), zumo, café con leche, tostadas con tomate y aceite…, y aún así nos sobró un inmenso croissant y una pulga de jamón (esta última la guardamos cuidadosamente en la mochila…, así llevaríamos una estupenda “barrita energética”)…, un estupendo colofón a nuestra estancia en el Hotel Lupa, que realmente recomendamos.


La ruta prometía dureza, y aunque eran menos Km que otros días, el perfil de la misma hacía presagiar lo que así ocurrió, que no fue otra cosa que encontrarnos con un auténtico sube y baja constante, con un perfil que sin subir cumbres ni altos, se parecía a un electrocardiograma en el que las subidas son muy pronunciadas y las bajadas….., las bajadas una pasada, jajajaja.


Los paisajes y bosques asturianos son increíbles, y en esas subidas y bajadas lo pasamos en grande pedaleando por veredas estrechas y sinuosas, atravesando arroyos, e inevitablemente empujando la bici pendiente arriba.  En varias ocasiones la rueda delantera perdía tracción por la elevada pendiente y por el peso de las alforjas de la parte trasera de la bici.


Era impresionante salir del bosque y encontrarte con una aldea, o una playa…, la paz, el silencio y los olores del bosque nos cautivaban, silencio sólo roto por el sonido de nuestro pedaleo y algún comentario o indicación que nos dábamos…, pero silencio…, un maravilloso silencio y los ojos como platos ante tanta belleza en el paisaje, que ni con las fotos ni los vídeos, y mucho menos con estas palabras, seríamos capaces de explicar en plenitud.


Entre otras cosas encontramos una ermita al final de una subida en la que hicimos una parada para reponer fuerzas, líquidos y hacernos unas fotos, y aprovechamos para charlar un rato con un matrimonio suizo que estaba haciendo el Camino a pie.


Un  poco más adelante…, y como todo lo que sube baja, tras una importante bajada llegamos a un valle por el que discurría el Río Esva. Paramos en mitad del puente a observar las peripecias y tremendo esfuerzo que realizaban los salmones para nadar contra corriente río arriba para desovar. Es muy curioso, un verdadero espectáculo observar como lo hacen…, al menos a nosotros nos tuvo un rato embelesados mirando y comentando cada uno de los intentos. Justo al lado de ellos, en la orilla y como prueba del calor que ese día hacía, un grupo de vacas se refrescaba en las aguas del rio…, sin duda, unos “peces” muy especiales.

 

Vuelta a la bici y vuelta a subir, para encarar la última cumbre de la jornada tras la cual, enfilamos una larga recta para acabar con una rápida bajada hacia Luarca, donde después de callejear un ratillo, decidimos parar y disfrutar de algo muy típico de esta localidad asturiana, unas buenas fabes, que disfrutamos muchísimo.



* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 6
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 6

En resumen, una ruta que resultó dura, ya que entre el perfil y el cansancio acumulado, las piernas empezaban a notarlo, así que lo mejor que podíamos hacer era ir a la Playa de Salinas a disfrutar de las gélidas aguas cantábricas, lo que estaréis con nosotros…, para las piernas después del esfuerzo es “mano de santo”. Después, como siempre, terminamos haciendo turismo por el pueblo de destino, en este caso Luarca, la que recomendamos totalmente.


Ya habían pasado 3 días más, así que tocaba tarde y velada con nuestras familias, unas horas en las que compartimos nuestras jornadas, anécdotas vivencias, besos y abrazos…, y a descansar que al día siguiente tocaba la etapa 7 hacia tierras gallegas, ya que iríamos a Ribadeo, primera parada en tierras gallegas, cada vez más cerca de nuestro objetivo final.

martes, 25 de octubre de 2016

Día 5: Gijón – Cudillero / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 57 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Vídeo de la Etapa 5: Gijón - Cudillero

Quinto día de Camino, empezamos temprano buscando la manera de conseguir la bebida isotónica en polvo que casi terminamos la etapa anterior (Aptonia) por Gijón, la encontramos, aunque tuvimos que hacer unos 6 Km extra entre ida y vuelta a la ruta.

El día estaba gris, y nosotros con las piernas muy cargadas y cansados de la etapa del día anterior, por lo que los primeros km hasta calentar bien fueron algo durillos. Salimos del hostal con la intención de desayunar tras encontrar la bebida, pero fuimos dejando pasar kilómetros y acabamos en plena ruta sin desayunar…, ya pararíamos cuando viéramos algún sitio.

La salida de Gijón fue bastante caótica, mucho tráfico, especialmente camiones debido a proximidad de las acerías y fábricas de Arcelor Mital, que unido al rodeo que tuvimos que dar sin estar previsto, hizo que anduviésemos algo desorientados al comienzo de la ruta prevista.

Afortunadamente nos cruzamos con un grupo de tres ciclistas, ¡si ciclistas! Hacía días que no nos cruzábamos ninguno. Nos echaron una mano y nos recomendaron seguirles saliéndonos de la ruta prevista, ya que como nos advirtieron transcurría por carretera estrecha y de subida con muchísimo tráfico, sobre todo camiones. Les seguimos y nos desviaron de la carretera prevista CE-5 unos 500m aproximadamente para coger la CE-6, una carretera comarcal perfecta, que transcurría por un valle muy bonito y verde, y lo mejor de todo es que apenas tenia tráfico. Ellos iban con bicis de carretera y más ligeros, así que después de hacer unos km juntos charlando sobre el Camino (lo habían hecho varias veces), dejamos que siguiesen con su ritmo.

La zona era bastante llana comparada con el día anterior, lo que se agradecía inmensamente (habíamos acertado acompañando a los amigos ciclistas), además una lluvia fina refrescaba el ambiente y el paisaje era bastante agradable. Después de unos 25km paramos a desayunar en un bar lleno de camioneros, que nos miraban con cara extrañada, dos tíos raros en bici por aquí…, Tras tomar un cafetito caliente y charlar con una peregrinas que acababan de llegar a la cafetería, me di cuenta que había roto el soporte de la cámara…, así que no pude grabar más ese día.


Retomado el Camino pasamos varios Km por la carretera hacia Avilés en los que el paisaje industrial, aun siendo curioso, no dejaba de ser feo comparado con los espectaculares acantilados, bosques, praderas y playas de los días anteriores. Avilés la verdad es que nos sorprendió, no paramos mucho tiempo allí, pero la imagen que daba según te acercabas por la carretera de pueblo industrial, con edificaciones altas, no nos hacía pensar que la zona centro fuese tan bonita, o al menos así nos lo pareció cuando nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial.



Volvimos a la ruta que nos llevó hasta la playa de las Salinas, lastima que el día no acompañase, porque es una playa inmensa y bonita, aunque rodeada de unos edificios enormes más propios de la costa levantina que de la costa que estábamos acostumbrados a ver en Asturias, algunos de ellos incluso parecían abandonados.



Un poco más adelante nos sorprendió una cuesta inmensa rondando el 20% en una calle que nos dejó sin aliento, tras ella, y después de una bajada importante, se puso al lado nuestro un señor mayor en bici de carretera que se interesó por el Camino que estábamos haciendo, desde donde salimos, etc., y cuando le dijimos la ruta que teníamos prevista nos la desaconsejó totalmente, nos indicó una ruta alternativa, que si bien iba por carretera la mayor parte del tiempo, nos libraría de varios obstáculos difíciles para quienes vamos en bici, además, se ofreció a rodar con nosotros un rato hasta dejarnos encaminados, lo hizo durante 3 o 4 Km.



La ruta iba por carretera, no con demasiado tráfico al discurrir la autovía cerca como nos indicaron, y como las piernas pesaban y estábamos realmente cansados ese día, decidimos seguir la carretera durante el último tramo de ruta, que aunque tuvo subidas largas, no superaban el 8 o 9%, lo que teniendo en cuenta las rampas del día anterior era casi llanear. 



Llegamos al Hotel Lupa, un complejo junto a la carretera altamente recomendable, tiene restaurante, dos hoteles de diferente categoría, salones, la verdad es que estaba muy bien, las habitaciones muy limpias y nuevas. Cudillero estaba a escasos 1000/1500m cuesta abajo…, lo único malo es que la vuelta como imagináis…, era cuesta arriba, pero mereció la pena bajar al pueblo a hacer turismo y tomarnos unas sidras comentando la jornada.



* Aquí tenéis el track de la rutadel Día 5
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 5

En resumen, una ruta muy dura pero no por el perfil, sino por el cansancio acumulado especialmente el del día anterior hasta Gijón. Quizás la ruta menos bonita en lo que a paisajes se refiere, pero una de las más bonitas en lo que a compañerismo y ayuda entre ciclistas.


Como los días anteriores, terminamos cansados. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Cudillero, en un pueblo muy bonito y una sidra muy fresquita en compañía de “los Chupis”



jueves, 20 de octubre de 2016

Día 4: La Isla - Gijón / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media/Alta


El cuarto día de Camino pedaleamos hasta Gijón, prometía ser una etapa dura mirando el perfil de la ruta, pero lo afrontábamos con optimismo. Salimos pronto de La Isla, el día estaba nublado pero con una temperatura agradable, incluyendo al comienzo un ratillo de sirimiri que incluso se agradecía.


El camino transcurría cerca de la autovía, por carreterines y veredas, hasta que llegamos a Colunga conocida villa asturiana de la que el día anterior partió una etapa de la Vuelta Ciclista a España 2016, concretamente desde el Museo del Jurásico de Asturias.


Al salir de Colunga tuvimos el primer obstáculo, una subida que calentó las piernas en condiciones, solo era un pequeño aperitivo  de lo que venia más adelante, un pequeño alto hasta una aldea llamada Llera, las vistas preciosas y el lugar idílico. Al poco de pasar por la aldea llegamos al punto más alto y comenzamos el descenso en dirección Villaviciosa.


Llegando a Villaviciosa divisamos a lo lejos la fachada de la famosísima SidraEl Gaitero”, ¡quien no la conoce o ha brindado con ella en alguna ocasión! No pudimos evitar la tentación de dirigirnos hacia ella, y preguntando amablemente al guarda de la puerta si podíamos pasar a hacer unas fotos, este nos permitió pasar. No es la única fábrica de sidra que hay allí, no en vano se Conoce a Villaviciosa como “la capital de la manzana” y mirando por internet encuentras fábricas como El Mayador, El Escanciador, así como lagares tradicionales como Cortina, El Gobernador, Buznego, Vigón, Gelo, Frutos o Castañón


Continuamos hasta el pueblo y nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial. Villaviciosa es un bonito e histórico pueblo que cuenta con un bonito casco histórico,  donde hicimos una parada para beber y reponer fuerzas.


Al retomar la ruta encaramos una zona de llaneo entre praderas y típico paisaje asturiano de unos 6km aproximadamente, hasta que pasamos por debajo de la Autovía, momento en el que comenzamos la subida Alto de la Cruz, un puerto que nos examinó y puso a prueba ese día.


Comenzaba a hacer calor, y las rampas comenzaban a ponerse interesantes, y era una continua subida, recta, curva, recta, curva…, fueron momento en los que hablábamos poco más allá de avisarnos uno al otro si venia algún coche, necesitábamos todas las fuerzas para dar pedales, y en ese silencio ambos íbamos haciendo la lista de cosas que NO deberíamos haber llevado en las alforjas, jajaja. En la subida que según la ruta tenía rampas de más del 20% y una media del 14% aprox. nos quedamos sin agua, y casi en la cima había una casita en la que paramos y una señora mayor muy amablemente nos ofreció todo el agua que quisimos. Charlamos un rato con ella y nos confesó que pasaba mucha gente haciendo el camino por allí, pocos con bici eso sí. Hicimos unas fotos y continuamos la subida.


Afortunadamente tras la subida siempre viene una bajada, que la verdad se agradeció mucho y fue bastante rápida, tardamos muuuucho más en subir el alto que en bajarlo, jajaja, aunque eso suele ser normal.

 

Una vez superado este escollo estábamos muy contentos, pasamos por una pequeña fábrica de barriles en la que vimos una señal que nos marcaba 16Km a Gijón…, pero a la vez nos recordaba que aún nos quedaba otra buena subidita, el Alto del Infanzón que se encontraba a mitad de camino.


Una vez superamos éste, se divisaba Gijón y el mar, lo que nos alegró y motivo muchísimo después de la jornada más dura realizada hasta el momento.


La llegada a Gijón fue una sensación mezcla de alegría y alivio, hoy llegábamos muy tocados. En el camino hasta la playa de San Lorenzo pasamos delante de la Universidad Laboral de Gijón, un majestuoso complejo que llama sin duda la atención, por el Estadio del Molinón donde juega el Sporting. Al llegar a la playa con una sonrisa de oreja a oreja nos dimos un abrazo y decidimos que nos habíamos ganado una comida como Dios manda.


Tras la comida nos dirigimos a la Hostal Campoamor donde nos hospedaríamos, nos recibió su dueña, una señora muy amable y parlanchina que hasta nos invitó a una copa de sidra fresquita. Nos duchamos, hicimos la colada y nos fuimos a disfrutar del turismo por Gijón, aunque estábamos muy cansados. Más que en hacer turismo pensábamos en como haríamos al día siguiente para acercarnos a comprar “la Antonia” como la llamamos, jajaja, o mejor dicho Aptonia, una bebida isotónica en polvo que casi habíamos agotado ese día.

* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 4
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 4

En resumen, una ruta muy dura pero al fin y al cabo estupenda de 50km, etapa en la que los altos nos exigieron un esfuerzo que hasta el momento no habíamos experimentado. Sin embargo, los paisajes, la gente, la satisfacción de haber superado una de las etapas que “más miedo” nos daba cuando planificamos el camino paliaban con creces las agujetas y dolores.


Como los días anteriores, terminamos cansados, muy cansados en esta ocasión. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago, hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Gijón, y de unas cervecitas frente a la playa viendo la puesta de sol. 

lunes, 17 de octubre de 2016

Día 3: Llanes – La Isla / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 48 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Tercer día de Camino y salimos de Llanes dejando la Pensión Iberia (correcta, lo mejor es que está en el centro) temprano, y proseguimos con nuestra aventura con muchas gana de llegar a La Isla. Pedaleando llegamos hasta Póo donde paramos y tomamos un buen desayuno, zumo tostadas con aceite y café.


Una vez recobrado el Camino, al llegar a Celorio este desemboca en la Playa Palombina y a través de ella vuelves a coger Camino en la Playa de las Cámaras, separadas por un islote, aunque pueden considerarse como la misma playa…, no deja de llamar la atención que tengas que atravesar estas playas siguiendo el camino, y si lo haces en un amanecer soleado como lo hicimos nosotros es todo un espectáculo.


A continuación pasamos cerca de la conocida Playa de Barro y tras ella una bella postal, ya que en la ensenada de Niembro se divisa al fondo la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores (Barro) y tras ella el pueblo de Niembru que conforman una postal que sorprende al viajero por su belleza.


Continuamos Camino y llegamos a la desembocadura del Río de las Cabras o Bedón, que lo hace en la playa de San Antolín, otra maravillosa y conocida playa asturiana. En ese momento Valentín me advirtió que iríamos a “la playa sin mar”, la Playa de Gulpiyuri.


Se trata de una pequeña playa de mar pero situada tierra adentro, rodeada de prados tras un acantilado. Aunque “no tiene mar” y a pesar de no llegar a los 50 metros de longitud es de una belleza increíble, el agua del mar entra hasta ella a través de un túnel que hay entre las rocas. Ha sido declarada Monumento Natural y aún es posible en fechas que no sean de temporada alta poder disfrutar de esta pequeña y diferente playa. Ese día la marea estaba baja, así que nos desviamos del camino pero no pudimos ver esta singular “playa” con agua, aun así eran decenas las personas que accedían a ella a pie.



En una pequeña aldea, tras una subida y al salir de una curva nos sorprendió un pintor muy especial. Este señor, medico jubilado de Gijón, había vuelto al pueblo y tras la jubilación se había aficionado a la pintura. El pasado año decoró unos contenedores de recogida de basura porque según él “estaban hechos una pena” y este verano había decidido pintar las piedras del muro que delimitaban su parcela con motivos del Camino para disfrute de todos los peregrinos.


Tras un rato de animada charla con este señor, proseguimos el Camino dirección a la archiconocida Ribadesella, pueblo asturiano turístico donde los haya, desembocadura del famoso Río Sella y donde encontrarás las Cuevas de Tito Bustillo, uno de los conjuntos rupestres de arte paleolítico más importantes de España. Poco antes de llegar a Ribadesella nos cruzamos con la caravana publicitaria de la Vuelta Ciclista a España que ese día iba de Colunga a Santander. Una vez allí, cruzamos el largo y típico puente sobre el Sella, paramos en el puerto deportivo a sellar nuestra credencial, nos acercamos a la playa para tomar unas fotos y continuamos Camino.


Proseguimos la ruta hacia la costa, de fondo sonaban los helicópteros que acompañan a la Vuelta Ciclista…, en varios momentos pasaron relativamente cerca de nosotros, “¡¡Saluda Álvaro que salimos en la tele!!”, decía Valentín, y con esa coña llegamos hasta un pueblecito precioso, Vega, justo antes de llegar a la Playa con el mismo nombre, La playa de Vega, un enorme rincón agreste para deleite de los amantes de la naturaleza y de las playas casi vírgenes, ya que según dicen (y así lo comprobamos) por más afluencia que haya en época estival resulta difícil llenarla.


En este pueblo paramos en la única tienda que hay (o que encontramos) a comprar agua y preguntar cuál era el mejor camino hasta La Isla. Como no podía ser de otra manera el camino pasaba por la playa, y después subía paralelo al acantilado por una vereda estrecha bordeada de zarzas y helechos ¡una pasada!, ya que las vistas de la playa, los acantilados desde la montaña eran chulísimas.



De ahí pasamos a pedalear por inmensas praderas verdes en las que solo destacaba la vereda de tierra por la que íbamos. Tuvimos que saltar varios cercados que los peregrinos a pie podían pasar sin problemas, pero las puertas que en la zona hacen para evitar que el ganado se salga de los cercados obligan a los que vamos en bici, a cogerlas a pulso (alforjas incluidas) y pasarlas por encima de los cercados.



Después de estos cercados, la pradera y vereda nos llevaron a divisar ya La Isla, primero la Playa de El Barrigón y después la playa de La Isla donde terminamos la Ruta.


* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 3
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 3

En resumen, una ruta estupenda de casi 50km, etapa en la que la costa asturiana nos sorprendió con su belleza. Sus playas, acantilados, praderas y montaña, sus pueblos y aldeas, nos hicieron pasar una jornada estupenda.



Como los días anteriores, terminamos cansados, pero ya eran tres las etapas realizadas. La emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutáramos de unas horas de turismo en La Isla junto a la familia, muchas cosas que contarnos de nuestras vivencias y experiencias de estos tres días.