jueves, 20 de octubre de 2016

Día 4: La Isla - Gijón / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 50 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media/Alta


El cuarto día de Camino pedaleamos hasta Gijón, prometía ser una etapa dura mirando el perfil de la ruta, pero lo afrontábamos con optimismo. Salimos pronto de La Isla, el día estaba nublado pero con una temperatura agradable, incluyendo al comienzo un ratillo de sirimiri que incluso se agradecía.


El camino transcurría cerca de la autovía, por carreterines y veredas, hasta que llegamos a Colunga conocida villa asturiana de la que el día anterior partió una etapa de la Vuelta Ciclista a España 2016, concretamente desde el Museo del Jurásico de Asturias.


Al salir de Colunga tuvimos el primer obstáculo, una subida que calentó las piernas en condiciones, solo era un pequeño aperitivo  de lo que venia más adelante, un pequeño alto hasta una aldea llamada Llera, las vistas preciosas y el lugar idílico. Al poco de pasar por la aldea llegamos al punto más alto y comenzamos el descenso en dirección Villaviciosa.


Llegando a Villaviciosa divisamos a lo lejos la fachada de la famosísima SidraEl Gaitero”, ¡quien no la conoce o ha brindado con ella en alguna ocasión! No pudimos evitar la tentación de dirigirnos hacia ella, y preguntando amablemente al guarda de la puerta si podíamos pasar a hacer unas fotos, este nos permitió pasar. No es la única fábrica de sidra que hay allí, no en vano se Conoce a Villaviciosa como “la capital de la manzana” y mirando por internet encuentras fábricas como El Mayador, El Escanciador, así como lagares tradicionales como Cortina, El Gobernador, Buznego, Vigón, Gelo, Frutos o Castañón


Continuamos hasta el pueblo y nos dirigimos al Ayuntamiento a sellar nuestra credencial. Villaviciosa es un bonito e histórico pueblo que cuenta con un bonito casco histórico,  donde hicimos una parada para beber y reponer fuerzas.


Al retomar la ruta encaramos una zona de llaneo entre praderas y típico paisaje asturiano de unos 6km aproximadamente, hasta que pasamos por debajo de la Autovía, momento en el que comenzamos la subida Alto de la Cruz, un puerto que nos examinó y puso a prueba ese día.


Comenzaba a hacer calor, y las rampas comenzaban a ponerse interesantes, y era una continua subida, recta, curva, recta, curva…, fueron momento en los que hablábamos poco más allá de avisarnos uno al otro si venia algún coche, necesitábamos todas las fuerzas para dar pedales, y en ese silencio ambos íbamos haciendo la lista de cosas que NO deberíamos haber llevado en las alforjas, jajaja. En la subida que según la ruta tenía rampas de más del 20% y una media del 14% aprox. nos quedamos sin agua, y casi en la cima había una casita en la que paramos y una señora mayor muy amablemente nos ofreció todo el agua que quisimos. Charlamos un rato con ella y nos confesó que pasaba mucha gente haciendo el camino por allí, pocos con bici eso sí. Hicimos unas fotos y continuamos la subida.


Afortunadamente tras la subida siempre viene una bajada, que la verdad se agradeció mucho y fue bastante rápida, tardamos muuuucho más en subir el alto que en bajarlo, jajaja, aunque eso suele ser normal.

 

Una vez superado este escollo estábamos muy contentos, pasamos por una pequeña fábrica de barriles en la que vimos una señal que nos marcaba 16Km a Gijón…, pero a la vez nos recordaba que aún nos quedaba otra buena subidita, el Alto del Infanzón que se encontraba a mitad de camino.


Una vez superamos éste, se divisaba Gijón y el mar, lo que nos alegró y motivo muchísimo después de la jornada más dura realizada hasta el momento.


La llegada a Gijón fue una sensación mezcla de alegría y alivio, hoy llegábamos muy tocados. En el camino hasta la playa de San Lorenzo pasamos delante de la Universidad Laboral de Gijón, un majestuoso complejo que llama sin duda la atención, por el Estadio del Molinón donde juega el Sporting. Al llegar a la playa con una sonrisa de oreja a oreja nos dimos un abrazo y decidimos que nos habíamos ganado una comida como Dios manda.


Tras la comida nos dirigimos a la Hostal Campoamor donde nos hospedaríamos, nos recibió su dueña, una señora muy amable y parlanchina que hasta nos invitó a una copa de sidra fresquita. Nos duchamos, hicimos la colada y nos fuimos a disfrutar del turismo por Gijón, aunque estábamos muy cansados. Más que en hacer turismo pensábamos en como haríamos al día siguiente para acercarnos a comprar “la Antonia” como la llamamos, jajaja, o mejor dicho Aptonia, una bebida isotónica en polvo que casi habíamos agotado ese día.

* Aquí tenéis el track de la Ruta del Día 4
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 4

En resumen, una ruta muy dura pero al fin y al cabo estupenda de 50km, etapa en la que los altos nos exigieron un esfuerzo que hasta el momento no habíamos experimentado. Sin embargo, los paisajes, la gente, la satisfacción de haber superado una de las etapas que “más miedo” nos daba cuando planificamos el camino paliaban con creces las agujetas y dolores.


Como los días anteriores, terminamos cansados, muy cansados en esta ocasión. Pero como siempre, la emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago, hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutásemos de unas horas de turismo en Gijón, y de unas cervecitas frente a la playa viendo la puesta de sol. 

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