lunes, 17 de octubre de 2016

Día 3: Llanes – La Isla / Recorriendo el Camino del Norte hacia Santiago de Compostela

Distancia: 48 Km
Terreno: Mixto
Dificultad: Media

Tercer día de Camino y salimos de Llanes dejando la Pensión Iberia (correcta, lo mejor es que está en el centro) temprano, y proseguimos con nuestra aventura con muchas gana de llegar a La Isla. Pedaleando llegamos hasta Póo donde paramos y tomamos un buen desayuno, zumo tostadas con aceite y café.


Una vez recobrado el Camino, al llegar a Celorio este desemboca en la Playa Palombina y a través de ella vuelves a coger Camino en la Playa de las Cámaras, separadas por un islote, aunque pueden considerarse como la misma playa…, no deja de llamar la atención que tengas que atravesar estas playas siguiendo el camino, y si lo haces en un amanecer soleado como lo hicimos nosotros es todo un espectáculo.


A continuación pasamos cerca de la conocida Playa de Barro y tras ella una bella postal, ya que en la ensenada de Niembro se divisa al fondo la Parroquia de Nuestra Señora de los Dolores (Barro) y tras ella el pueblo de Niembru que conforman una postal que sorprende al viajero por su belleza.


Continuamos Camino y llegamos a la desembocadura del Río de las Cabras o Bedón, que lo hace en la playa de San Antolín, otra maravillosa y conocida playa asturiana. En ese momento Valentín me advirtió que iríamos a “la playa sin mar”, la Playa de Gulpiyuri.


Se trata de una pequeña playa de mar pero situada tierra adentro, rodeada de prados tras un acantilado. Aunque “no tiene mar” y a pesar de no llegar a los 50 metros de longitud es de una belleza increíble, el agua del mar entra hasta ella a través de un túnel que hay entre las rocas. Ha sido declarada Monumento Natural y aún es posible en fechas que no sean de temporada alta poder disfrutar de esta pequeña y diferente playa. Ese día la marea estaba baja, así que nos desviamos del camino pero no pudimos ver esta singular “playa” con agua, aun así eran decenas las personas que accedían a ella a pie.



En una pequeña aldea, tras una subida y al salir de una curva nos sorprendió un pintor muy especial. Este señor, medico jubilado de Gijón, había vuelto al pueblo y tras la jubilación se había aficionado a la pintura. El pasado año decoró unos contenedores de recogida de basura porque según él “estaban hechos una pena” y este verano había decidido pintar las piedras del muro que delimitaban su parcela con motivos del Camino para disfrute de todos los peregrinos.


Tras un rato de animada charla con este señor, proseguimos el Camino dirección a la archiconocida Ribadesella, pueblo asturiano turístico donde los haya, desembocadura del famoso Río Sella y donde encontrarás las Cuevas de Tito Bustillo, uno de los conjuntos rupestres de arte paleolítico más importantes de España. Poco antes de llegar a Ribadesella nos cruzamos con la caravana publicitaria de la Vuelta Ciclista a España que ese día iba de Colunga a Santander. Una vez allí, cruzamos el largo y típico puente sobre el Sella, paramos en el puerto deportivo a sellar nuestra credencial, nos acercamos a la playa para tomar unas fotos y continuamos Camino.


Proseguimos la ruta hacia la costa, de fondo sonaban los helicópteros que acompañan a la Vuelta Ciclista…, en varios momentos pasaron relativamente cerca de nosotros, “¡¡Saluda Álvaro que salimos en la tele!!”, decía Valentín, y con esa coña llegamos hasta un pueblecito precioso, Vega, justo antes de llegar a la Playa con el mismo nombre, La playa de Vega, un enorme rincón agreste para deleite de los amantes de la naturaleza y de las playas casi vírgenes, ya que según dicen (y así lo comprobamos) por más afluencia que haya en época estival resulta difícil llenarla.


En este pueblo paramos en la única tienda que hay (o que encontramos) a comprar agua y preguntar cuál era el mejor camino hasta La Isla. Como no podía ser de otra manera el camino pasaba por la playa, y después subía paralelo al acantilado por una vereda estrecha bordeada de zarzas y helechos ¡una pasada!, ya que las vistas de la playa, los acantilados desde la montaña eran chulísimas.



De ahí pasamos a pedalear por inmensas praderas verdes en las que solo destacaba la vereda de tierra por la que íbamos. Tuvimos que saltar varios cercados que los peregrinos a pie podían pasar sin problemas, pero las puertas que en la zona hacen para evitar que el ganado se salga de los cercados obligan a los que vamos en bici, a cogerlas a pulso (alforjas incluidas) y pasarlas por encima de los cercados.



Después de estos cercados, la pradera y vereda nos llevaron a divisar ya La Isla, primero la Playa de El Barrigón y después la playa de La Isla donde terminamos la Ruta.


* Aquí tenéis el track de la ruta del Día 3
* Algunas fotos de la ruta en el Álbum del Día 3

En resumen, una ruta estupenda de casi 50km, etapa en la que la costa asturiana nos sorprendió con su belleza. Sus playas, acantilados, praderas y montaña, sus pueblos y aldeas, nos hicieron pasar una jornada estupenda.



Como los días anteriores, terminamos cansados, pero ya eran tres las etapas realizadas. La emoción de seguir descubriendo lugares y paisajes nuevos, de continuar quemando etapas que nos acercasen al objetivo de llegar a Santiago hacía que nos olvidásemos automáticamente de las dificultades del día y disfrutáramos de unas horas de turismo en La Isla junto a la familia, muchas cosas que contarnos de nuestras vivencias y experiencias de estos tres días. 

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